Frank Gehry es un arquitecto canadiense-estadounidense de fama mundial, conocido por sus innovadores diseños caracterizados por formas inusuales y el uso de materiales modernos como el titanio, el vidrio y el hormigón. Algunas de sus obras más famosas son el Museo Guggenheim de Bilbao y la Sala de Conciertos Walt Disney de Los Ángeles. A pesar de su éxito y reconocimiento, algunas de sus obras han sido criticadas por ser poco prácticas y difíciles de mantener. Los críticos sostienen que sus edificios suelen centrarse más en su aspecto espectacular que en su funcionalidad, y que sus complejas formas pueden provocar problemas de calefacción, refrigeración y ventilación. Aunque es uno de los arquitectos más innovadores de nuestro tiempo, su estilo único que a menudo incorpora formas y materiales inusuales le ha costado su reputación, ya que sus obras parecen más escultóricas que edificios tradicionales. Es por esto que, Gehry se considera un artista porque ve la arquitectura como una forma de expresión, donde cree que los edificios no sólo deben cumplir una función funcional, sino también tener un atractivo estético y evocar emociones en quienes los contemplan.
A menudo se dice que los arquitectos no son artistas porque el diseño y la creación de obras arquitectónicas implican algo más que imaginación y expresión creativa. La arquitectura es una práctica profesional que implica la aplicación de principios científicos, matemáticos y de ingeniería para cumplir requisitos funcionales, de seguridad y normativos. Aunque los arquitectos utilizan su imaginación y creatividad en el proceso de diseño, también tienen que tener en cuenta consideraciones prácticas como los métodos de construcción, los materiales, el presupuesto y los requisitos del cliente. Aun así, un arquitecto puede ser un artista porque la arquitectura implica crear y diseñar estructuras y espacios, lo que también puede considerarse una forma de arte. Los arquitectos suelen inspirarse en estilos y principios artísticos, y el producto final de su trabajo, un edificio, puede considerarse una obra de arte. Sin embargo, ser arquitecto y ser artista son profesiones distintas y una persona puede tener diferentes niveles de habilidad y experiencia en cada una de ellas.
Frank Gehry ha expresado su deseo de que los arquitectos tengan libertad para experimentar y ser creativos en sus diseños, sin verse limitados por las normas arquitectónicas tradicionales. También ha animado a los arquitectos a pensar más allá de los aspectos prácticos del diseño de edificios y a considerar el impacto emocional que la arquitectura puede tener en las personas. En sus palabras, quiere que los arquitectos creen "poesía en el espacio". Al traspasar los límites y asumir riesgos, Gehry cree que los arquitectos tienen la capacidad de influir positivamente en la sociedad y crear espacios que no sólo sean funcionales, sino también bellos e inspiradores.
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